Friday, August 30, 2013

Guión de UABC Campestre o Nada: Parte I


Los Objetivos del Movimiento Campestre O Nada
En el año 1971, en Tijuana, la juventud vio la necesidad de crear una universidad. En ese tiempo la universidad, que tan solo era compuesta de aulas prestadas de primarias, no contaba con sus propias instalaciones y es por eso que los estudiantes organizaron un movimiento con dos objetivos básicos, construir una universidad en la ciudad de Tijuana y ofrecer la oportunidad educativa a las próximas generaciones tijuanenses. Actualmente Tijuana cuenta con la Universidad Autónoma de Baja California, una universidad pública donde están inscritos unos 30 mil estudiantes. La UABC también ejerce en sus esfuerzos educativos en Mexicali y Ensenada.  Para entender el éxito de este movimiento tan noble tendremos que viajar casi un siglo atrás en la historia de esta ciudad.
Siglo XIX: La tierra como símbolo de poder
La familia Argüello forma parte de la clase latinfundista del siglo XIX.  Adquieren el terreno que hoy incluye grandes partes de las ciudades de San Diego y Tijuana o Rancho Tia Juana, en aquel entonces.  Al parecer, los grandes cambios de poder, las guerra entre México y Estados Unidos no afecta el hecho de que una sola familia sea dueña de tanta tierra.  Pero como todo tiene un fin, entre litigios, pleitos familiares, decretos gubernamentales y cambios de ley, poco a poco la familia fue subdividiendo su gran propiedad entre miembros de la misma familia Argüello; estos a su vez venden su terreno hasta que en 1945 se vende el último terreno de los Argüello.  
Siglo XX: Lucha de gigantes
El General Rodríguez, uno de los compradores más sobresalientes del territorio Argüello, crea el complejo turístico de Agua Caliente y el Club Social Campestre de Tijuana a partir de 1927.  Rodríguez, a su vez se maneja entre un círculo de influyentes adinerados de México, que buscan crear espacios recreacionales para los ricos del país.  Razón por la cual invierte dinero en construir campos de golf por todo el país.
En 1945, cuando muere la última heredera Argüello, dos miembros de la compañía Inmuebles Californianos, S.A. (ICSA) adquiere una parte del territorio Argüello.  Los miembros de la ICSA, también hombres de poder, se caracterizan por sus inversiones impresionantes, sus conexiones políticas, y entre ellos hay varios abogados y jueces del país. Tanta es su ambición, que en 1960, la ICSA, logra que un juez los declare dueños de toda la ciudad de Tijuana.  La ICSA argumentaba, que al tener esta transacción con la última heredera de los Argüello, en dónde compran el último terreno de los Argüello, se convertían en dueños de todo Tijuana.  La ICSA presentó como pruebas, ante la corte documentos de la familia Argüello del siglo XIX que constataban su derecho a la tierra.  De antemano, se sabe que la ICSA no podría ser dueña de Tijuana, ya que sus socios carecían de algún vínculo sanguíneo con los Argüello.  Era todo una farsa.

Esta contención de la ICSA claro que incomoda a los socios del Club Campestre de Tijuana, ya que los terrenos en donde se establece este club automáticamente pasan a ser propiedad de la ICSA. Estos dos gigantes de poder se enfrentan, mientras que el resto de la población tijuanense teme por el futuro sus familias.

Es en esta brecha de conflicto territorial, los estudiantes Tijuanenses intervienen y deciden exigir que se construya una universidad en la ciudad.  Que mejor que en un lugar que ya está acondicionado, con sus grandes praderas, para un casa de estudios.  Ni la ICSA, ni los socios del Campestre esperaban que los estudiantes se convirtieran en un obstáculo más para sus grandes ambiciones.  Como los llama José Gabriel Rivera Delgado en su tesis, La Concertación de 1972 en el problema generado por Inmuebles Californianos, S.A. en Tijuana, “los estudiantes universitarios, [fueron] actores inesperados.”

“Los actores inesperados…”

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